Todo transcurría en paz. Montecaseros y Huracán jugaban un entretenido segundo tiempo, de ida y vuelta, hasta que la violencia paró todo. Desde uno de los sectores de la cancha del Lobo cayeron 4 bombas de estruendo muy cerca del árbitro del cotejo, Manuel Sosa, y del defensor del Globo Guillermo Franco.
Esto obligó al colegiado a detener las acciones durante más de 20 minutos, y tras consultarlo con el jefe de la policía y con el médico del partido, atinadamente el juez suspendió el encuentro por falta de garantías.
Iban 40 minutos del segundo tiempo y hasta ahí habían jugado un partido atractivo, con varias llegadas a los arcos y con ambos arqueros como figuras.
Pero todo terminó en ese hecho que vuelve a repetirse. Sin un cacheo estricto ni falta de control policial, sumado a la negligencia e impunidad de los “simpatizantes”, nuevamente un partido de fútbol debió terminar antes de lo previsto. Ahora, a esperar las sanciones.
FUENTE: WWW.MENDOZAGOL.COM